Description
«Desde hace muchos años en realidad, desde toda la vida me dedico a los Evangelios. Pero me apresuro a decir que los Evangelios no han dejado nunca de asombrarme. Y no porque encuentre siempre en ellos algo nuevo, sino porque encuentro siempre cosas bellas, aun cuando estén repetidas. El asombro nace de la belleza, de la verdad, de la sorprendente actualidad, que vuelven a proponerte cosas que has escuchado siempre. Existe también una repetición que es capaz de rejuvenecerte. Siempre me ha gustado una figura que nunca faltaba en el belén de hace años: la de un hombre pequeño con la mano en la frente, a modo de visera, que miraba maravillado la cueva donde yacía el niño. Me parece que esta es la figura del verdadero cristiano: totalmente encantado, casi inmóvil, frente al espectáculo de un Dios que se hace niño para revelar la profundidad de su ser hombre y, al mismo tiempo, la imprevisible novedad de su ser divino». Las palabras de Bruno Maggioni son la mejor introducción a este pequeño gran libro que, con frescor y sencillez, nos restituye la novedad del mensaje cristiano. En Jesús en sus palabras y en sus gestos se revela un rostro de Dios sorprendentemente moderno y universal, capaz de provocar y comprometer incluso al observador más distanciado e imparcial.