Description
Es desconcertante tener que preguntarse por la identidad cristiana después de dos mil años de cristianismo; después de haber sido "cristianos" durante toda una vida y haber orientado la propia existencia en función de ello. Pero acaso el problema de la identidad cristiana es de esa clase de problemas que nunca se resuelven de una vez por todas, que se presentan de nuevo a cada generación, y con mayor urgencia en épocas de crisis y de transformación cultural, como lo es indudablemente la nuestra. Acaso el Evangelio no ha cambiado el mundo porque el mundo ha cambiado el Evangelio. Por eso la identidad cristiana está siempre amenazada y hay que redescubrirla siempre…
"Quien no quiera reconocer -dice en el prólogo Pedro Casaldáliga- la existencia de conflictos dentro de la Comundiad de seguidores de Jesús, o quien se espante más de la cuenta ante esos conflictos -normales y hasta saludables en una comunidad histórica viva, por muy llena que esté tambien del Espíritu-, o quien se niegue a aceptar, para usarla y para respetarla, aquella libertad con que Él nos liberó, mejor será que no lea este libro, porque le desazonará inútilmente. Este libro no es para pusilánimes ni para sedentarios. Tampoco la Iglesia puede ser menos que una Comunidad de fuertes en la Esperanza, un pueblo de hermanos que camina…
Hay que respetarle a Giulio el derecho a cuestionar, también dentro de la Iglesia. Es éste un servicio indispensable del buen quehacer teológico. Hay que agradecerle que ponga, muchas veces con acierto innegable, el dedo en la llaga. Otros lo hicieron… y, siglos después, les fue reconocido el mérito de ese servicio. Es mucho más saludable no esperar tanto…"