Description
Palabra de Dios y Liturgia son dos lugares privilegiados para la ejercitación de la teología. De hecho, cuanto más se aproxima el creyente a la Palabra escuchada en el ámbito celebrativo, más toma conciencia de la profunda verdad que atesora el adagio Lex orandi, lex credendi.
No debe perderse de vista, además, que la búsqueda del conocimiento riguroso a través del método teológico llega a su culmen cuando se integran todos estos datos con la mayor coherencia posible y en plena sintonía con la gran tradición cristiana.
La reforma promovida por el Concilio Vaticano II ha querido hacer pedagogía al proponer la imagen de la «mesa» de la Palabra. En la eucaristía, que es la celebración litúrgica ejemplar, los cristianos se alimentan de la Palabra de Dios a través de la escucha atenta, y sólo después responden dialogalmente con su oración de súplica a lo que se les comunica de lo Alto.
Teología, liturgia y vida se encuentran íntimamente conectadas. Por esta razón, sigue siendo una tarea urgente ayudar al pueblo cristiano a captar las inagotables riquezas de la Palabra de Dios cuando es proclamada en la asamblea litúrgica.